Navegando por
Mes: agosto 2022

Una ruina

Una ruina

Habíamos pasado por la casa hacía cinco meses, pero nos volvieron a llamar, había una denuncia por ruina. Cuando mi equipo y yo llegamos estaban acabando su trabajo los del ayuntamiento: “los bomberos siempre llegáis tarde” nos recibió cachondeándose Pedro Pérez, el jefe de los arquitectos municipales. Desde fuera la casa no presentaba signos de deterioro, la famosa mansión de los Menéndez, tenía más de doscientos años, plantada en lo alto de una colina, en su origen solitaria, ahora desde…

Leer más Leer más

Inspección.

Inspección.

El miércoles pasado, sobre las once de la mañana, se plantó en la puerta de mi despacho: –¿Ya has almorzado? — Si hace un ratito. — Pues vente conmigo, que vas a alucinar. Lorena coge su moto y me obliga a ir de paquete, sabe que tengo vértigo y me mareo con facilidad, nos dirigimos al sector residencial S-H4, la última urbanización de la ciudad. Al llegar me suelta:   — Aquí está, todo urbanizado y listo para construir, este…

Leer más Leer más

Queridos Reies Magos:

Queridos Reies Magos:

Una vez más os escribo y os cuento que he sido un niño muy bueno, me lo he comido todo y me he portado requetebién en casa. Además, he estudiado mucho, aunque en lengua no he sacado más que un cinco. Mis papás me han dicho que no pida más que tres regalos, que hay que ser solidarios con otros niños que lo pasan peor que yo. En todo caso si necesitáis recortar el número de vuestros obsequios, mis hermanos…

Leer más Leer más

El final

El final

Salí de las oficinas, tras una intensa media hora de discusión telefónica con un accionista de Chicago, me crucé con Agapito Pacheco que me dijo:             — No tengas prisa, todo se ha acabado, han ganado los malos.             — ¿Cómo…? Es imposible estaba todo previsto para que el final no fuera ese. Agapito no se molestó en contestarme, se encogió de hombros y siguió su camino. Subí a mi jeep y me dirigí al campo de batalla, al llegar…

Leer más Leer más

100

100

Ayer, en contra de todas mis previsiones, cumplí cien años. La celebración fue por todo lo alto, eso sí reducida a familiares y un selecto grupito de amigos. De mis seis hermanos, he de confesar que tengo debilidad por Olimpia y Cornelia, aunque siempre estemos haciéndonos reproches, yo las acuso de no escribir para mi blog, ellas pasan totalmente de mí. Tuve la suerte de que pudieran asistir a la comida y los posteriores juegos florales, mis dos hijos y…

Leer más Leer más

Lluvia

Lluvia

Nací y viví muchos años en una ciudad con puerto de mar, en la costa occidental del mediterráneo, así que estábamos acostumbrados a las gotas frías, a las ciclogénesis explosivas, a las DANAs… Pero lo de aquella tarde iba a superar cualquier barbaridad de las conocidas. Estábamos toda la familia en una sobremesa larga, bajo los efluvios de la sangría, que había acompañado la paella que guisó mi tía Amparo. El cielo se puso obscuro, casi negro, comenzó a llover….

Leer más Leer más

PALABROS.

PALABROS.

Hubo un tiempo en el que ni las personas, ni los animales, ni las cosas tenían nombre, no teníamos palabras. Era un lío, no podíamos ni pensar, no distinguíamos la realidad de la fantasía. Algunos de nosotros se dedicaban a pintar animales, escenas de caza, manos humanas y otras bonitas extravagancias. Mi padre, que era un tipo excepcional, me llevaba desde muy jovencito, a las expediciones de caza, en ellas él y sus amigotes se dedicaban a poner nombres a…

Leer más Leer más

Desesperado.

Desesperado.

Me duelen las muelas y tengo miedo a los odontólogos, siempre me han hecho daño. Pero estoy desesperado.  Es cierto que soy muy delicado, pero no lo puedo evitar. Al final tras dos noches sin dormir me decido, salgo de casa y me voy a ver al Dr. Napoleón Caturla, ha sido el dentista de mi familia toda la vida. Como no he pedido cita tengo que esperar más rato del que yo tenía previsto. Tras un par de horas…

Leer más Leer más

MI DESTINO.

MI DESTINO.

A los dos días de haber nacido, mi madre recibió la visita de la bruja Ijosta, ella no quería que me viera, pero mi abuela y mis tías la obligaron a mostrarme. Las mujeres me cogieron en brazos y me levantaron hacia Ijosta, ésta empezó a gritar: ¡Ales, ales, ales! Su cántico acabo en danza perturbadora, acabaron cayendo al suelo. A los cuatro años mi madre y mi abuela me llevaron hasta Zsanda, el monasterio de los monjes sabios, me…

Leer más Leer más

Egoísta.

Egoísta.

Me lo dijeron mil veces, pero nunca quise prestar atención. Eres muy egoísta, muy egoísta… Yo creo que no era para tanto, es cierto que ya de chiquito, me dedicaba a robar las meriendas de mis hermanos, las comidas y las cenas me era imposible, éramos diez en la mesa y la vigilancia de mis padres lo impedía. En el colegio secuestraba a niños, hasta que alguno de sus hermanos, me pagaban el rescate, siempre en cuches, no quería mancharme…

Leer más Leer más