CONFIDENCIAS
Siempre fui un ser solitario. De niño mi gordura y el consiguiente escarnio al que me sometían diariamente en el colegio, propiciaron mi refugio en la lectura. En ella me convertía en protagonista de las aventuras que encontraba en los textos con los que me rodeaba. Y si no llegaba a ser feliz, al menos me encontraba en un estado placentero de relajación, En los estudios me iba algo mejor que bien, sin ser un empollón era un alumno aventajado….