ATZUCAT

ATZUCAT

— Pase D. Josma, ¿cómo está?

— No paso de regular… ya sabe.

— Siempre tan exagerado, ¿qué nota?

— Pues mire doctora, creo que estoy en un atzucat.

— ¿Atzucat?

— Si, perdón, es una palabra de mi tierra, significa un callejón sin salida.

— Muy animado no lo veo D. Josma.

— No se crea, mi estado de ánimo es bueno. Si yo le contara.

— Tiene usted cinco minutillos, hoy voy muy atrasada.

— Bueno lo intentaré…

Era una tarde del mes pasado, iba paseando por el boulevard norte, me encantan sus árboles, sus fuentes, sus colores. De pronto me encontré con un extraño hombre, flaco, con unas ropas ruinosas, unos pelos espantosos.

Todo eso no me hubiera perturbado, pero iba haciendo unos gestos raros, con brazos por delante, espasmódicamente lanzaba su mano derecha contra su boca, murmuraba algo que yo no entendía.

Me impactó mucho, nunca había visto nada igual, temí por mi seguridad, pero ya no me daba tiempo de esquivarlo.

Al cruzarme con él, apestaba a suciedad, emanaba un olor rancio que tiraba de espaldas, repitió su gesto y pronunció, esta vez lo oí perfectamente, un: “No me rindo, que no me rindo”.

Desde entonces no me lo quito de la cabeza, no duermo bien, en realidad apenas duermo, he perdido el apetito. ¿Qué le parece? ¿Qué puedo hacer doctora?

— Me parece un caso del síndrome de Tourette, pero habría que investigarlo. En cuanto a lo que puede hacer pues me temo que lo que hacemos todos, más bien nada. Eso sí cuando haga nada repítase para sí: “No me rindo”

Josma Taxi

25/12/2022

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *