Lo que pudo haber sido.
Ayer me prohibieron escribir, al menos sin supervisión psiquiátrica. Yo que había soñado con llegar a ser un escritor rebelde, incluso maldito. ¿En cuantas ocasiones me había imaginado rodeado de libros, unos míos otros no, pero todos ellos combativos, transformadores, revolucionarios?
Mis relatos serían capaces de imprimir huella en el corazón de los hombres. Les hablarían de su dignidad, de sus derechos, de su capacidad de progreso. Los alentarían a superarse, a ser optimistas y solidarios, a trabajar por mejorar sus condiciones de vida.
Pensaba que algunos de mis textos llegarían a ser de lectura recomendada en colegios, en fábricas, en ayuntamientos; que algunos pasajes se seleccionarían para honrar, en su despedida, a los difuntos.
Pero la vida te da golpes, te hace cambiar de opinión, incluso te obliga a tomar caminos inesperados, no siempre gratificantes.
Mi enfermedad mental me ha obligado a renunciar a todas esas ilusiones, ha ido minando mi cerebro, ha controlado mis emociones. La medicación me ha convertido en un ser sin ser, en un poder sin querer, en un morir sin vivir.
Ahora me han dicho que escribir es malo para mí, que acelera mis brotes maníacos, que llena mi ser de alucinaciones, de obscuridad.
Sigo sin saber si eso es cierto o es un falso aviso de los que me controlan, de los que me coartan, de los que me impiden ser feliz, de los que han inventado esta forma de callarme.
¡Que decepción! Pensé que todo lo que relucía era brillante, que incluso podría ser de oro., no ha sido cierto. Ahora ya no distingo la verdad de lo imaginado, desconozco cuál es el auténtico color del cielo, de la mar; dudo al apreciar el tono de la voz de mis hijos.
Ya no sé si la medicación me sana o me aturde. La tomo porque a mí me da casi todo, lo mismo, pero sigo teniendo gente a mi alrededor a la que antes llamaba familia, a la que quiero, a la que ya le hice demasiado daño y ahora se merecen descansar de mi manía.
No sé cuanto tiempo resistiré sin leer, sin escribir. Quizás no me dejen volver a hacerlo nunca.
Pero lo seguiré intentando, volver a ese mundo de letras es mí única salvación.
Josma Taxi & José María Sanchis
Diciembre de 2022.