Namari Taxi Taxi.

Namari Taxi Taxi.

Namari es mi madre, aunque desconozco el motivo, la siento más como una hermana, rarito que es uno.

Mamá tiene tres hijos:

El mayor se llama Diego Maradona Taxi, mide casi dos metros, tiene 28 años, es un estupendo escolta, defiende como un león y mete unos triples espectaculares. Ha recibido varias ofertas de la NBA, pero de momento las ha rechazado. Es de piel tan blanca que parece irlandés.

La hija intermedia lleva por Nombre Elena Macías Taxi, apenas llega al metro sesenta, negra como el carbón y, tan mala estudiante que no pudo sacarse el graduado. Trabaja de cajera en el Mercadona, tiene 24 años.

Y el pequeño yo, flaquito, flaquito, con unas melenas, me hago unos moños divinos, y cuando me dejo barba parezco algo malo. Soy hijo bastardo, por eso mi nombre es Jose Taxi Taxi.

Mamá se caso tres veces, a partir de los cuarenta ha tenido varias parejas, con derecho a roce e intercambio de fluidos, nada serio.

Las circunstancias de las muertes de los tres maridos de Mamá, son algo turbias, no voy a entrar en detalles.

Mamá ama la literatura, es de las pocas personas que ha leído la ceguera de Saramago y Rayuela de Cortázar, yo no puedo con esas novelas, me parecen un rollo.

Es una mujer muy viajada, ha estado en Burdeos, en París y en la cueva del Turche, de cuchipanda, para comer paella y beber champañitos, que elaboraba Pepito, este chico con el tiempo llegó a ganar el tercer concurso mundial de coctelería.

Namari es buena profesionista, se desempeña como profesora de educación infantil, era la especialidad que estudio en Edetania, y no es la típica maestrita, al menos conmigo.

Trata de categoría a sus niños, aunque en ocasiones se enfada y parce la Srta. Roten Meyer.

Como todas las personas tiene algunos defectillos: atraca cajeros, acuchilla por la espalda a los repartidores de Amazon. Desde su ventana, lanza perdigones, con su escopeta de aire comprimido, marca Acme. Todo ello sin mala fe, son cositas sin importancia.

En materia deportiva se ha aficionado al beisbol y al basket. Esto último es consecuencia de acompañar a ver los partidos de su Dieguito Maradona Taxi. Dos veces la han expulsado del estadio, se pone frenética, ante lo injustos que son los árbitros, si yo hablara o hablase…

A Elena Macías Taxi, la llevaba en su cochecillo a sus exhibiciones de bailes de salón, comparte con ella sus aventuras de: tirarse en paracaídas, practicar vuelo sin motor y hacer puénting.

A mí no me hace ni puto caso, dice que con mie dad ya puedo ir solito a todas partes, en eso es muy injusta, que yo soy el peque de la familia.

Y colorín colorado este cuentecico—de taxistas—se ha terminado,

Jose Taxi

También llamado Josma.

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