¿Quién es José Taxi? (II)
El extraño viaje
He nacido tres veces, de pies, de cabeza y atravesao. El motivo fue que el ginecólogo que atendió a mamá era más feo que Caín, de modo que yo cuando lo veía me volvía para dentro.
El Dr. Cornelio Abascal, era una bellísima persona, el rey de la ginecología, le decían cariñosamente sus colegas, cuando hacía prácticas en la Fe de Valencia. Con el tiempo se casó con mi madre, y se comportó conmigo de manera ejemplar.
Pensé en estudiar medicina, por seguir su ejemplo, pero como soy de letras me matriculé en química orgánica, estudios que terminé con una media de 9,75. Fui el segundo de mi promoción había un tipejo llamado Isaac Newton, que se las sabía todas.
Entré en los laboratorios de la conocidísima empresa farmacéutica: “Hermanos Taxi” ¡Juro que sin ninguna clase en enchufe! En 9 años conseguí la jefatura de todos los laboratorios de Europa.
Venía muy poco a ver a la familia y a los amigos. Pero una tarde, habíamos comido en casa de mis padres, todos los hermanos, Carlitos Vaquer e Irenita Adler, no recuerdo quien propuso jugar a los “chinos”.
Al final la partida comenzó, los jugadores éramos: mi padre, mi hermano Tarín o Patán, la Adler y un servidor. Por supuesto ganó, mi padre, le encantaban los juegos mentales, a mi me gustaba cuando se adelantaba a su turno y soltaba: “Digas las que digas 3”.
La comida había sido ligerita, bebimos la sangría familiar, esa vez la hice yo. Utilicé los siguientes ingredientes: vino tinto de baja calidad, limones, hielo, azúcar, trozos de melocotón y una botella de cava…
Generalmente nos daba por planear viajes, que nunca hacíamos, pero esa tarde nos pusimos a discutir, la Sra. Adler y yo. El motivo era importantísimo, nos enervamos mutuamente, hubo abundante incontinencia verbal, afortunadamente no llegamos a pegarnos.
Yo sabía, ahora puedo decirlo, ya es público y notorio, que la Sra. Adler fumaba puros vegueros. Yo no he podido acabar ninguno, me trago siempre el humo y así no vale.
Irene insistía con sus vegueros, yo creía que los mejores eran las farias. Al final nos apostamos que el que perdiera, haría el camino de Santiago de rodillas por la ruta francesa. Para mí sería una tortura, tengo artritis, me dolería mucho. Para ella sería un paseo en lancha, dado su amor por el ejercicio.
No perdí el tiempo, me habían dado 15 días de permiso a descontar de las vacaciones, así que me urgía ganar la apuesta.
Me dirigí directamente a Vigo, conozco a su alcalde—Abel Caballero— estuvimos una temporada en la FEMP, que ahora él sigue presidiendo. Lo primero que hizo al verme fue decir, con tono de reproche:
— ¡No viniste a ver las luces en Navidades!
— ¡Son las mejores del mundo, le ganamos incluso a Nueva York!
Me disculpé como pude, lo cual no fue nada fácil y pasé a explicarle mi interés en encontrar el mejor puro del mundo. Se hizo el remolón, pero salí de allí con un nombre y una dirección.
Era buena hora todavía para hacer la visita, tomé un taxi y me condujo hasta un barracón, destartalado y sucio, en las cercanías del puerto…
Empecé a pregunta por un tal Mariano Rajoy Castro, pero nadie me daba razón de él. Pasó algo más de una hora, cuando ya iba a dejar la investigación, me encontré con un anciano, remendando sus redes. Le pregunté al viejo y solitario pescador y me dijo que Mariano había marchado a Madrid, hacia un par de años. Supo por un familiar que había montado una joyería y que le iba fenomenal.
¿Y ahora a quien coño le hago la pregunta? ¿Qué quiere sabe señor? Igual yo le puedo ayudar.
Por intentarlo no perdía nada, así que le dije, con cierta altanería. Quiero saber cual es el mejor puro del mundo.
Eso es muy fácil, señor, no existe. A cada uno le gusta uno, cada cual tienes sus preferencias.
Así que la Señora Adler y yo, habíamos perdido los dos la apuesta y nos librábamos de recorrer el Camino de Santiago de rodillas. Sentí un inmenso alivio.
Y colorín colorado, este cuentecico—de puros—ha terminado.
Jose Taxi
También llamado Josma.
2 comentarios en «¿Quién es José Taxi? (II)»
Es un cuento emocionante, con un final inesperado…
Lo recuerdo, lo recuerdo, en esa época de tu vida, ¿eras llamada la Calva?, por algún personajillo.