ERNESTO TAXI.
Conozco a Pablo desde hace más de veinte años. En esa época los dos vivíamos sometidos a un “flotero” de los que tienen varias licencias y putean a sus empleados. Pero la esclavitud se terminó, él se dedicó a la administración de empresas y yo no. Muchos piensan que somos parientes, pero no es así, es pura casualidad compartir el apellido. Nos parecemos en muchas cosas: somo altos, inteligentes y muy trabajadores. Yo tengo dos hijos él no. Tiene tres:…