La rebelión del abecedario
La letra A mayúscula, paró, se quedó levitando a dos palmos del suelo. El resto de: letras, signos de puntuación, enciclopedias, diccionarios, plumas y tinteros. Poco, a poco, cuando se dieron cuenta de la falta de acción de la A mayúscula, se detuvieron también, sin necesidad de exclamar una sola palabra. Se colocaron en orden alfabético. El silencio se hizo espeso, casi insoportable. Con un leve movimiento de su ceja izquierda, la primera de todas las letras, dio a entender…