TACONES
Llevaba cerca de media hora esperando, notaba que hacía demasiado calor en aquellas oficinas, aunque mi reloj de pulsera me indicara que estábamos a una temperatura de veinte grados, sin embargo, yo notaba que estaba entre sudado, seguramente sería la ansiedad por aquella tardanza. — ¡Pase y siéntese! -, me dijo la mujer morena, lamento el retraso, pero ha habido un contratiempo. Le felicito por haber llegado hasta aquí, ahora solo quedan dos aspirantes. Es preciso que le haga una…