¡Se acabó!
¡Quiero que te vayas! Te marchas hoy de esta casa. ¡Ya está bien!… Llevas aquí cerca de quince años, siempre enfocado al televisor, sin aportar nada a la convivencia, estoy más que harta. Me ha costado decidirme, la comodidad, la rutina, el miedo al cambio, pero todo tiene un límite y tu hora ha llegado… nuestra relación no da más de sí. Mi decisión es firme, la he meditado durante un tiempo más que suficiente, he acudido a una terapeuta…